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El cricquet y el lacrosse debutarán en los Juegos Olímpicos de los Ángeles 2028, abriendo oportunidades para el deporte, el arte y la juventud en México y el mundo.
El Movimiento Olímpico continúa su evolución con la incorporación oficial del críquet y el lacrosse al programa de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028. Esta decisión, avalada por el Comité Olímpico Internacional (COI), representa una apertura significativa hacia disciplinas con fuerte arraigo cultural, alto potencial de crecimiento y gran atractivo para nuevas generaciones de aficionados.
Ambos deportes amplían el mapa global del olimpismo y enriquecen su propuesta sociocultural. Por un lado, el críquet, con vasta presencia en Asia, Oceanía, Reino Unido y países de la Commonwealth, promete conectar con públicos que hasta ahora se mantenían en la periferia del deporte olímpico. Por otro, el lacrosse, de origen indígena norteamericano, rescata tradiciones ancestrales e impulsa su reconocimiento en el escenario deportivo contemporáneo.
La inclusión de estas disciplinas ofrece una oportunidad estratégica para países en vías de diversificación deportiva, como México. Si bien actualmente no cuentan con una base masiva en el país, su ingreso al programa olímpico puede convertirse en un catalizador de iniciativas educativas, programas de formación y espacios de creación interdisciplinaria.
Desde esta perspectiva, el lacrosse y el críquet no solo abren nuevas rutas para atletas, sino también para artistas emergentes, diseñadores, comunicadores y creadores visuales interesados en los lenguajes del deporte. La construcción de identidad visual, narrativa cultural y proyectos de integración comunitaria alrededor de estas disciplinas puede fomentar colaboraciones innovadoras entre el arte y el deporte.
La expansión del programa olímpico representa también una oportunidad para que creadores jóvenes participen en la resignificación de estos deportes en el contexto nacional. Desde la producción audiovisual hasta la intervención de espacios públicos, pasando por el diseño de uniformes, símbolos y campañas de concientización, las prácticas artísticas contemporáneas pueden jugar un papel clave en la forma en que el público mexicano se relaciona con el lacrosse y el críquet.
Las nuevas generaciones de artistas visuales, ilustradores, fotógrafos y cineastas encuentran aquí un terreno fértil para proyectarse, aportar narrativas frescas y contribuir a la inclusión social mediante el arte y la cultura del deporte.
El Comité Olímpico Mexicano ha señalado que esta inclusión representa una oportunidad para diversificar el desarrollo deportivo nacional, tanto en infraestructura como en capacitación técnica. Se abre así un nuevo capítulo para clubes emergentes, federaciones en formación y entrenadores especializados, quienes podrían consolidarse como pilares de una comunidad deportiva renovada y más inclusiva.
De cara a Los Ángeles 2028, el crecimiento de estas disciplinas puede tener un impacto más allá de lo competitivo. Impulsadas con una mirada integral, podrían generar un ecosistema donde confluyan deporte, arte, educación y comunidad.
Esta evolución del programa olímpico —que ha sumado en años recientes deportes como el surf, la escalada, el skateboarding y próximamente el breakdance— responde al compromiso del COI por mantener la relevancia cultural del olimpismo en un mundo en constante cambio.
Con la integración del críquet y el lacrosse, el olimpismo se fortalece como una plataforma para el diálogo intercultural, la representación de nuevas identidades deportivas y la participación activa de jóvenes en múltiples dimensiones: desde el rendimiento atlético hasta la creación artística y la construcción de comunidad.